Las plantas de ocotillo desarrollan hojas pequeñas para realizar la fotosíntesis cuando hay abundante agua y las dejan caer para evitar la ganancia de calor y la pérdida de agua cuando está seco.
Serie especial: Ideas salvajes
Esta estrategia forma parte de la serie "Ideas Salvajes: La Biomímesis de las Tierras y Aguas Públicas de EE. UU.", de la autora y educadora Adelheid Fischer. "Ideas Salvajes" propone un nuevo rol para la protección y la exploración de las aguas y áreas silvestres del país, considerándolas no solo como lugares de belleza y recreación, sino como fuentes vitales de inspiración para resolver algunos de los mayores desafíos de la humanidad.
Introducción
En el desierto, la línea entre lo muerto y lo que simplemente espera suele ser difusa. Se podría decir que ninguna planta finge morir y espera el momento oportuno mejor que un ocotillo. El nombre de este arbusto del desierto proviene del español y significa "antorcha pequeña". Se refiere a los racimos de flores escarlatas que coronan el extremo de las delgadas ramas de la planta como la punta roja de una cerilla.
La estrategia
Durante gran parte del año, estos tallos leñosos, que crecen en formaciones explosivas de hasta 20 metros de altura, parecen secos y sin vida. Pero como tantas otras plantas del desierto, exquisitamente adaptadas a las lluvias esporádicas, los ocotillos son ágiles oportunistas. A los pocos días de una lluvia torrencial, las ramas pueden desarrollar una exuberante capa de hojas y comenzar la fotosíntesis. Sin embargo, a pesar de su abundancia, estas hojas son ahorrativas. Los ocotillos tienen hojas pequeñas (una planta común en el desierto) conocida como "micrófila"). Su tamaño modesto minimiza la pérdida de agua que ocurre cuando las hojas abren sus poros respiratorios para realizar el intercambio de gases involucrado en , una estrategia vital de ahorro de agua en el entorno del desierto.
A medida que el suelo se seca, estas diminutas hojas se caen. Pero las plantas no dependen completamente de las hojas para captar la energía solar. En los periodos de sequía, sus ramas desnudas también almacenan agua y realizan la fotosíntesis, aunque con menor eficiencia que las hojas, y proporcionan la energía y los materiales necesarios para el crecimiento de los futuros brotes. Los ocotillos pueden repetir este proceso varias veces al año.
De crecimiento lento, los ocotillos suelen vivir hasta 60 años, aunque las investigaciones sugieren que pueden superar el centenario. La capacidad de resistir épocas críticas de escasez y mantenerse ágil en épocas de abundancia es clave para esta notable longevidad.
Las posibilidades
Ocotillo sirve como un excelente modelo para integrar procesos complementarios en los sistemas. Cuando los recursos son impredecibles, ¿cómo podemos maximizar su aprovechamiento cuando llegan, manteniendo al mismo tiempo la productividad cuando faltan? Esto podría aplicarse a la planificación de una agricultura local sostenible, la gestión de voluntarios o empleados, o la diversificación de los tipos de ingresos para individuos y organizaciones.
También se pueden extraer más lecciones físicas sobre el almacenamiento y la liberación de agua para gestionar los recursos hídricos o construir conjuntos complementarios de distintos tipos de paneles solares.
¿Qué más te viene a la mente?